domingo, 29 de mayo de 2011

Toros

La llamada "fiesta brava" siempre ha levantado las más álgidas pasiones. Los que la favorecen son tan entusiastas como los que la abominan, poniendo como pretexto los derechos de los animales los unos, y las tradiciones y hasta la nobleza de los toros, los otros. En lo personal, me gusta mucho los toros a la usanza española, el rejoneo y las novilladas, aunque debo aclarar que no soy un conocedor ni nada parecido, sino más bien un villamelón que admira a Hemingway y que en "Fiesta", publicada en 1925, recoge sus impresiones sobre los toros, los San Fermines y el amor entre el protagonista y su amada Brett.

Tal vez para una mentalidad como la norteamericana de aquellos años fue el caldo de cultivo perfecto para que el joven Hemingway se viera fascinado por todo aquello tan brutal y novedoso y por ello lo retratara con tanta pasión.

Pienso que no debemos juzgar a la ligera las manifestaciones culturales de otras latitudes, basándonos en marcos de referencia propios, y que por el contrario, debemos encontrarle sentido y belleza, por muy extrañas y reprobables que nos parezcan.

jueves, 19 de mayo de 2011

ORIGEN Y EXPLICACIÓN DE ALGUNAS FRASES HECHAS

MANDAR A LA PORRA.´ Antiguamente, en el ámbito militar, el soldado que ejecutaba el tambor mayor del regimiento llevaba un largo bastón, con el puño de plata y mucha historia detrás, al que se llamaba ´porra´. Por lo general, este bastón era clavado en un lugar alejado del campamento y señalaba el lugar al que debía acudir el soldado que era castigado con arresto: ´Vaya usted a la porra´, le gritaba el oficial y el soldado, efectivamente, se dirigía a ese lugar y permanecía allí durante el tiempo que se mantenía el castigo. Posteriormente, fue cambiada la forma de castigo, pero la expresión mandar a la porra quedó en el uso del lenguaje del pueblo con un matiz netamente despectivo. (BELCA)


 

A LA VEJEZ VIRUELAS. La viruela o viruelas era una enfermedad vírica contagiosa que afectaba principalmente a niños y adolescentes, y que, una vez curada, dejaba cicatrices indelebles. Por tanto, no era una infección propia de personas de avanzada edad. Esta expresión es el título de una comedia de 1817. Se trata de una obra en prosa que narra las visicitudes de dos viejos enamorados. Algunos creen que el dicho surgió a raíz del estreno de la comedia en 1824. La frase alude a quienes se enamoran tardíamente y a quienes realizan aventuras no usuales para su edad, siendo éstas más propias de la juventud. (OmiWeb)


 

A OJO DE BUEN CUBERO. Esta expresión se emplea normalmente para decir que una cosa está hecha sin medida. Antiguamente, en los diferentes reinos existía una total falta de reglamentación a propósito de los sistemas de medidas. La frase hace referencia a las medidas de capacidad de las cubas destinadas a contener agua, vino u otro líquido. Las cubas eran fabricadas una a una por el cubero, y su capacidad venía determinada por el reino en el que tuviera montado el negocio e incluso por las diferentes normativas de medidas dictadas por los señores feudales. (OmiWeb)


 

A RÍO REVUELTO, GANANCIA DE PESCADORES. Es proverbio que alude a los que medran aprovechando las revueltas y trastornos. la experiencia demuestra que los pescadores cogen mucho más pescado en el agua turbia que en la clara, tal vez porque cuando el agua está turbia los peces no ven los peligros que corren y caen más fácilmente en ellos. De aquí nació el otro modismo: "Pescar en agua turbia", como sinónimo de hacer su negocio y aprovecharse de un desorden que tal vez se ha promovido con dicho fin. Los griegos decían en el mismo sentido: "Enturbiar el agua del lado para pescar anguilas", modismo que Aristófanes aplica al mal ciudadano que provoca desórdenes a fin de enriquecerse a expensas del público. (JMI)


 


 

ATAR LOS PERROS CON LONGANIZA. Este dicho nos remonta a los principios del siglo XIX, más precisamente al pueblo salmantino de Candelario, cercano a la ciudad de Béjar, famoso por la calidad de sus embutidos, en el que vivía un afamado elaborador de chorizos llamado Constantino Rico, alias el choricero, cuya figura sería inmortalizada por el artista Bayeu en un famoso tapiz que hoy se exhibe en el Palacio El Pardo. Este buen hombre tenía instalada la factoría en la que trabajaban varias obreras en los bajos de su propia casa y en una oportunidad, una de éstas, apremiada por las circunstancias, tuvo la peregrina idea de atar a un perrito faldero a la pata de un banco, usando a manera de soga, una ristra de longanizas. Al poco tiempo, entró un muchacho -hijo de otra operaria- a dar un recado a su madre y presenció con estupor la escena e inmediatamente se encargó de divulgar la noticia de que en casa del tío Rico se atan los perros con longaniza. La expresión, no hace falta decirlo, tuvo inmediata aceptación en el pueblo y desde entonces, se hizo sinónimo de exageración en la demostración de la opulencia y el derroche. (BELCA)


 

A TONTAS Y A LOCAS. Según el Diccionario de la Real Academia Española, significa "hacer una cosa con desbaratamiento, sin orden ni concierto" Es frase muy antigua, que se encuentra ya en Don Quijote en los versos truncos, de cabo roto, que dirige Urganda la Desconocida, en la parte poética preliminar de la novela. Por cierto que entonces Cervantes, jugando con el vocablo, emplea esta segunda imagen no sólo como expresión adverbial sino en su simple sentido, llamando tontas y locas a las doncellas que se entretenían en vanas locuras. Algo parecido pasa con la historieta atribuida al dramaturgo contemporáneo Jacinto Benavente, a quien, habiéndole propuesto unas damas que pronunciara una conferencia en un club femenino, allá por los años veinte de nuestro siglo, contestó que no le gustaba improvisar, hablar "a tontas y a locas", jugando con el sentido literal y el sentido adverbial del vocablo. Sin embargo, hemos de añadir que esta anécdota, como tantas otras, ha sido atribuida a Jacinto Benavente un tanto a la ligera. Aunque es posible que se expresara tan sarcásticamente, es seguro que la frase no era suya. Efectivamente, el licenciado Juan de Robles en su primera parte de El culto sevillano, obra del siglo XVII, escribe, refiriéndose al fraile agustino fray Juan Farfán: "Convidáronle ciertas monjas para predicarles un sermón grave, dándole poco lugar de estudiar. Subióse al púlpito y escusóse de ello y remató la escusa diciendo: "Pero al fin, hoy predicaremos a tontas y a locas, como pudiéramos"". Éste debió de ser un chascarrillo bastante vulgar en los postreros años del siglo XVI puesto que se registraba también en los Diálogos de apacible entretenimiento de Gaspar Lucas Hidalgo (Barcelona, 1605). Y asimismo en Luis Quiñones de Benavente, en el siglo XVII, pues el personaje Cosme dice en su Entremés del soldado: De aquestas palabras pocas no os agraviéis, damas, no; que ya se sabe que yo lo digo a tontas y a locas. (MPA)


 

EL CANTO DEL CISNE. Se refiere a la última obra o actuación de una persona? A pesar de que el cisne no canta nunca -lo más emite un ronquido sordo- existe una leyenda antigua que afirma que emite el canto más melodioso como premonición a su propia muerte, según relata Marcial y el poeta Virgilio. (1de3)


 

COMER DE GORRA, SER UN GORRÓN. Significa que se obtiene un beneficio gratis y a costa de otro. Los estudiantes vestían capa y gorra y eran dueños de un apetito voraz. Como carecían de recursos y sus familias vivían lejos de su lugar de estudio, debían ingeniárselas para no tener hambre. Uno de sus trucos era colarse en fiestas y banquetes saludando con la gorra a todo el mundo. (1de3)


 

COMO PEDRO POR SU CASA. Dícese de la persona que se mueve con desenvoltura en un lugar que no le es propio. En ocasiones tiene un significado peyorativo, porque se trata de un intruso cuya actitud es impertinente, arrogante o excesiva. Un antiguo refrán decía: «Algo va de Pedro a Pedro», y significaba que existen diferencias incluso entre los que parecen iguales. Y otros, también olvidados: "Viejo es Pedro para cabrero", "Bien se está Pedro en Roma, aunque no coma". Todos estos refranes, y otros muchos, indican que Pedro es el nombre que se le da a cualquier individuo, para personalizar las frases hechas, los dichos o los refranes. Con especialidad, Pedro parece representar al dueño o al amo de una casa, como si se tratase de una antiquísima relación de las palabras cristianas según las cuales San Pedro era la piedra angular o primera piedra de la Casa de Dios. Algunos autores, sin embargo, han tratado de identificar a este Pedro con Pedro I de Aragón (siglos XI y XII) aludiendo a un antiguo dicho: "Entrarse como Pedro por Huesca", aludiendo a la poca resistencia que tuvo este rey en la torna de dicha ciudad. (MPA)


 

DAR GATO POR LIEBRE. Si hay algo que ha mantenido la tradición con el paso de los siglos, es, sin duda, la mala fama de las posadas, hosterías y fondas, respecto de la calidad de sus comidas. La literatura universal está llena de alusiones, muchas de ellas irónicas, acerca del valor de los alimentos ofrecidos en ellas. Y era tanto el descrédito de estos lugares, que llegó a hacerse usual entre los comensales la práctica de un conjuro, previo a la degustación, en el que aquellos, parados frente a la carne recién asada, recitaban: "Si eres cabrito, manténte frito; si eres gato, salta al plato". Por supuesto, este "exorcismo" nunca sirvió para demostrar la veracidad de la fama de la posada, pero dio origen a la expresión dar gato por liebre, que con el tiempo se incorporó al lenguaje popular como equivalente de engaño malicioso por el que se da alguna cosa de inferior calidad, bajo la apariencia de legitimidad. (BELCA)


 

DAR LA LATA. Son muchas las versiones que circulan respecto de la procedencia del dicho, aunque todo induce a creer que proviene -por imitación- de los antiguos dichos dar la tabarra o dar la murga, con los que se daba a entender el fastidio ocasionado por alguien que golpea instrumentos de percusión tales como zambombas, palos y cencerros, para festejar las segundas nupcias de una viuda o de un viudo. Posiblemente, al aparecer en el mercado la hoja de lata (luego, hojalata) como producto de uso común, los recipientes vacíos de ese material fueron incorporados al equipo sonoro de las "cencerradas". De manera que la expresión "dar la lata", o sea, percutir sobre ella, no hizo más que extender el concepto tradicional de "dar la murga". También se ha documentado que la frase podría provenir de la ciudad de Málaga, en cuya cárcel los presos solían comprar una lata de mosto condimentado con sobras de vino, licores y aguardientes que al ser bebidos, provocaban en los detenidos una intensa borrachera y, como consecuencia, un deseo incontenible de hablar. El uso popular, sin embargo, le ha adjudicado al dicho el significado de fastidio causado por cualquier inoportuna insistencia, aunque entre nosotros se lo aplica lisa y llanamente a quien posee la característica de hablar por demás. (BELCA)


 

DEJARLE EN LA ESTACADA. La "estacada" era el campo de batalla contruido con estacas donde se celebraban los desfiles solemnes, los torneos y demás competiciones entre caballeros. De ahí se llamó figuradamente "quedarse en la estacada" a ser vencido en una disputa o perder en una determinada empresa; y "dejar a alquien en la estacada" a abandonarle en un momento delicado o peligroso. (OmiWeb)


 

DORMIRSE EN LOS LAURELES. Antiguamente, a los poetas, emperadores y generales victoriosos, se les coronaba con guirnaldas confeccionadas con hojas de laurel. Pero si después de haber conseguido el triunfo y el reconocimiento general con la corona de laurel, la persona dejaba de trabajar y esforzarse se decía que se "dormia en los laureles". (OmiWeb)


 

ECHAR CON CAJAS DESTEMPLADAS. Se refiere a cuando se despide a alguien con malos modos. Las "cajas" aludidas son las de los tambores. Era al son de los tambores destemplados que el reo avanzaba hacia el patíbulo y que el soldado era expulsado con deshonor. (1de3)


 

EL AÑO DE LA POLKA. La Polka es una danza de origen polaco, que se puso de moda en los salones europeos y fiestas de sociedad durante el primer tercio del siglo pasado. Por ello, al decir que algo es "del año de la Polka", queremos indicar que una cosa es vieja o está pasada de moda. (OmiWeb)


 

ESTO ES JAUJA. Se dice para resumir la sensación de sacar provecho o satisfacción sin fin de una situación. Jauja es una ciudad peruana cuya fama se debe a sus excelentes minas que en época de los conquistadores proporcionó a éstos una vida ociosa y regalada. (1de3)


 

HAY GATO ENCERRADO. Se dice cuando queremos afirmar que hay una causa o razón oculta. Era habitual durante el Siglo de Oro español la utilización de bolsas para guardar el dinero hechas con piel de gato y se les llegó a llamar popularmente con tal nombre. Siendo "gatos" que encerraban riquezas desconocidas. (1de3)


 

LA OCASIÓN LA PINTAN CALVA. Los romanos personificaban a la diosa Ocasión como una mujer hermosa y con alas, como símbolo de la fugacidad con que pasan ante el hombre las buenas ocasiones u oportunidades. Parada en puntas de pie sobre una rueda y con un cuchillo en la mano, la diosa Ocasión tenía una cabeza adornada por delante con abundante cabellera, mientras que por detrás, era totalmente calva. De manera que, al decir "tomar la ocasión por los pelos", se entendía que debía esperársela de frente, cuando ella venía hacia uno, donde se tendría la oportunidad de tomarla, ya que una vez que había pasado -y al no tener pelos por detrás- sería imposible agarrarla. Con el tiempo, la expresión perdió algo de su sentido original y comenzó a ser utilizada para dar a entender que una cosa se logra más por suerte que por capacidad. Respecto de la variante "(a) la ocasión la pintan calva", alude a la posibilidad inminente de alcanzar un logro y que por ninguna causa puede desperdiciarse la oportunidad. (BELCA)


 

LAS COSAS CLARAS Y EL CHOCOLATE ESPESO. Cuando desde América, el monje español fray Aguilar envió las primeras muestras de la planta de cacao a sus colegas de congregación al Monasterio de Piedra, para que la dieran a conocer, al principio no gustó, a causa de su sabor amargo, por lo que fue utilizado exclusivamente con fines medicinales. Posteriormente, cuando a unas monjas del convento de Guajaca se les ocurrió agregarle azúcar al preparado de cacao, ese nuevo producto causó furor, primero en España y luego en toda Europa. En esos tiempos, mientras la Iglesia se debatía sobre si esa bebida rompía o no el ayuno pascual, el pueblo discutía acerca de cuál era la mejor forma de tomarlo: espeso o claro. Para algunos, el chocolate se debía beber muy cargado de cacao, por lo que preferían el chocolate espeso, o sea, "a la española"; para otros, el gusto se inclinaba por la forma "a la francesa", esto es, más claro y diluido en leche. Los ganadores, finalmente, fueron los que se inclinaron por el chocolate cargado, por lo que la expresión las cosas claras y chocolate espeso se popularizó en el sentido de llamar a las cosas por su nombre. Entre nosotros, circulaba hace algunos años la variante las "cuentas" claras y el chocolate espeso, usada en relación con las deudas (sobre todo de dinero) que suelen mantener las personas. (BELCA)


 

MANDAR A LA PORRA. Antiguamente, en el ámbito militar, el soldado que ejecutaba el tambor mayor del regimiento llevaba un largo bastón, con el puño de plata y mucha historia detrás, al que se llamaba "porra". Por lo general, este bastón era clavado en un lugar alejado del campamento y señalaba el lugar al que debía acudir el soldado que era castigado con arresto: "Vaya usted a la porra", le gritaba el oficial y el soldado, efectivamente, se dirigía a ese lugar y permanecía allí durante el tiempo que se mantenía el castigo. Posteriormente, fue cambiada la forma de castigo, pero la expresión mandar a la porra quedó en el uso del lenguaje del pueblo con un matiz netamente despectivo. (BELCA)


 

METERSE EN CAMISA DE ONCE VARAS. La locución tuvo su origen en el ritual de adopción de un niño, en la Edad Media. El padre adoptante debía meter al niño adoptado dentro de una manga muy holgada de una camisa de gran tamaño tejida al efecto, sacando al pequeño por la cabeza o cuello de la prenda. Una vez recuperado el niño, el padre le daba un fuerte beso en la frente como prueba de su paternidad aceptada. La vara (835,9 mm) era una barra de madera o metal que servía para medir cualquier cosa y la alusión a las once varas es para exagerar la dimensión de la camisa que, si bien era grande, no podía medir tanto como once varas (serían más de nueve metros). La expresión "meterse en camisa de once varas" se aplica para advertir sobre la inconveniencia de complicarse innecesariamente la vida. (BELCA)


 

NI CHICHA NI LIMONÁ. Equivale a decir no valer para nada. Además, esta expresión se usa en el sentido de no ser una cosa ni la otra. La chicha, según el diccionario, es la voz que, desde antiguo se emplea en el lenguaje infantil para designar la carne comestible. Pero chicha también es una bebida alcohólica que resulta de la fermentación del maíz en agua azucarada. De éste licor, muy común en los países de centroamérica y sudamérica, nace el dicho "ni chicha ni limoná", es decir, que no hay o no quedan ni bebidas alcohólicas ni refrescantes. (OmiWeb)


 

PAGAR EL PATO. Este modismo fue dicho contra los judíos. En la Biblia Castellana (1569), se explica así su origen: "Como los vocablos Torah y Pacto, usados por los judíos españoles, el primero por la Ley y el segundo por el concierto de Dios, por los cuales los españoles les levantaban (les acusaban a los judíos) que tenían una Torah o becerra pintada en su sinagoga, que adoraban; y del Pacto sacaron por refrán "Aquí pagaréis el pato". En cuanto a la palabra Torah, los cristianos dieron en decir que los judíos adoraban en sus sinagogas a una tora o novilla, y en algunas fiestas populares hacían mofa de ella." (JMI)


 

PASAR LA NOCHE EN BLANCO. Cuando una persona es incapaz de conciliar el sueño por algún motivo, se dice que "ha pasado la noche en blanco". Antiguamente, los aspirantes a caballeros, tenían que hacer la velada de las armas que les honrarían como tales, llevando como atuendo una vestimenta blanca que simbolizara la pureza espiritual. El color de las ropas, y lo largo que se hacia la noche de espera, dieron lugar a este dicho. (OmiWeb)


 

PONER EN TELA DE JUICIO. En el antiguo Derecho Procesal, poner en tela de juicios significaba que un caso estaba pendiente de averiguaciones previas para formar un asunto o resolverlo. En la expresión, la voz latina "tela" que significa empalizada, se usa con el significado de palestra, lugar cerrado para celebrar en él debates o discusiones. Dicho esto, la expresión "poner en tela de juicio", de dice cuando tenemos dudas acerca de la certeza, legalidad o éxito de una cosa. (OmiWeb)


 

PONER LA MANO EN EL FUEGO. La procedencia de este dicho, que se utiliza para manifestar el respaldo total a alguien o algo, se remonta a la época en la que se practicaba el llamado juicio de Dios. También conocida como Ordalía, ésta era una institución jurídica que dictaminaba, atendiendo a supuestos mandatos divinos, la inocencia o culpabilidad de una persona o una cosa, acusadas de quebrantar las normas establecidad o cometer un pecado. Esta costumbre pagana se ejecutaba de formas muy diversas. No obstante, casi todas consistían en pruebas de fuego (sujetar hierros candentes, introducir las manos en la lumbre); si la persona salía de la prueba con pocas quemaduras, significaba que Dios la consideraba inocente y, por lo tanto, no tenía que recibir ningún castigo. (OmiWeb)


 

PONER PIES EN POLVOROSA. Utilizada para decir que alguien ha escapado con precipitación. Según algunos, la frase proviene de la nube de polvo que se formaba en los caminos antiguos cuando alguien pasaba por ellos muy rápidamente. Otros, sin embargo, fundan el dicho en el modo de hablar de los gitanos, en cuya jerga la palabra polvorosa significa calle. (OmiWeb)


 

SER CHIVO EXPIATORIO. Este dicho proviene de una práctica ritual de los antiguos judíos, por la que el Gran Sacerdote, purificado y vestido de blanco para la celebración del Día de la Expiación ("purificación de las culpas por medio de un sacrificio") elegía dos machos cabríos, echaba a suerte el sacrificio de uno, en nombre del pueblo de Israel y ponía las manos sobre la cabeza del animal elegido -llamado el Azazel- al que se le imputaban todos los pecados y abominaciones del pueblo israelita. Luego de esta ceremonia, el macho sobreviviente era devuelto al campo por un acólito y abandonado a su suerte, en el valle de Tofet, donde la gente lo perseguía entre gritos, insultos y pedradas. Por extensión, la expresión "ser el chivo expiatorio" adquirió entre nosotros el valor de hacer caer una culpa colectiva sobre alguien en particular, aun cuando no siempre éste haya sido el responsable de tal falta. (BELCA)


 

SER UN CAFRE. El apelativo cafre se aplica a toda persona o situación que encarna lo puesto a la civilización y la cultura. En realidad, se llaman cafres a los habitantes de Cafrería o País de los Cafres, grupo de pueblos bantúes que habitaban la región oriental de Africa del Sur, en El Cabo Natal. La cafrería es un nombre de origen árabe con el que los geógrafos de los siglos XVII y XVIII denominaban a la parte de Africa situada al sur del Ecuador poblada por infieles, es decir, no musulmanes. (OmiWeb)


 

TENER MUCHAS ÍNFULAS. En la Antigüedad, se llamaban "ínfulas" a unas tiras o vendas de las que pendían dos cintas llamadas "vittae", una a cada lado de la cabeza. Las "ínfulas" se usaban arrolladas en la cabeza a manera de diadema o corona, y solían lucirlas los príncipes y sacerdotes paganos, como señal distintiva de su dignidad. Con estas "ínfulas" se adornaban también los altares y -en algunas ocasiones- las víctimas que eran llevadas al sacrificio. Pero cuantas más eran las ínfulas y mejor la calidad de su confección, más importante era considerada la persona que las portaba, por lo que, era muy común escuchar hablar de víctima de muchas ínfulas. Con el tiempo, el dicho pasó a designar a todo aquel que actúa con habitual vanidad y orgullo desmedidos y, por lo general, despreciando al prójimo. (BELCA)


 

TIRAR LA CASA POR LA VENTANA. Se dice cuando una persona comienza a tener grandes gastos, superiores a los que acostumbraba. El origen de esta frase se encuentra en la costumbre que existía en el siglo XIX de tirar, literalmente, por la ventana los enseres de una casa cuando a alguien le tocaba la lotería nacional. (BC)


 

TOMAR LAS DE VILLADIEGO. Si existe un dicho popular de origen español cuyo origen es controvertido, sin duda es este que nos ocupa ahora. Sobre lo que no se tiene ninguna duda es respecto de su antigüedad, ya que se lo menciona por primera vez en La Celestina, la célebre tragicomedia de Calisto y Melibea escrita en parte por Fernando de Rojas, donde se hace referencia a las "calzas de Villadiego". Pero los estudiosos no se ponen de acuerdo acerca de su procedencia: para algunos, alude a un determinado tipo de calzones -calzas- que se confeccionaban por entonces en el pueblo burgalés de Villadiego; para otros, evoca la figura del aventurero que llevaba ese apellido, quien por alguna razón que se desconoce, se vio obligado a escapar precipitadamente de determinado lugar. Existen otras versiones no menos contradictorias, una de las cuales sostiene que se refiere a las alforjas que se fabricaban en la ciudad de Villadiego, aludiendo a que éstas son lo primero que se toma cuando se huye de un lugar, pero en realidad, se trataría de las calzas, que sí son lo primero que uno toma en su huida. Pero sea como fuere, el significado de la frase tomarse las de Villadiego tiene en todos los casos el mismo sentido: huir, salir en estampida por efecto de una contingencia súbita e imprevista. (BELCA)


 

TONTO DE CAPIROTE. Frase aplicada a la persona muy necia o incapaz. Según Unamuno, en un artículo publicado en 1923, decía que tonto de capirote "es el que con un capirote o bonete puntiagudo, hace de tonto en las fiestas. Es un tonto de alquiler y casi oficial". (OmiWeb)


 

VE A HACER PUÑETAS. La usamos cuando queremos despedir a alguien con desconsideración. Las puñetas son las bocamangas (la parte más cercana de la manga) realizadas con bordados y puntillas, que adornaban algunas togas. Estos adornos eran realizados a mano con hilo, formando un tejido calado con flores y figuras. Era una labor muy delicada que implicaba la inversión de mucha paciencia y dinero. (OmiWeb)