domingo, 21 de enero de 2018

El Privilegio de Manipular (elecciones)

No es descabellada la idea de que los rusos pueden intervenir en las elecciones del 2018, pues si es generalmente aceptado de que en la campaña Trump se han encontrado evidencias de intervención rusa, no sería raro que en México también suceda, pues el ánimo de Putin de posicionarse geopolíticamente es más que evidente. Faltaría por acreditar si el destinatario de ese apoyo sería AMLO y qué le puede aportar al balance de las superpotencias, que ya de ninguna manera puede considerarse un duelo entre Estados Unidos y Rusia, porque China hace años que levantó la mano y Alemania no se queda atrás. Pero no nos hagamos tontos: históricamente el PRI y recientemente el PAN, han sido la garantía de que las cosas en el país sigan como están, bajo control y con la estabilidad que requiere nuestro vecino del norte. Si a alguien le interesa que no gane AMLO es a Estados Unidos, quien por cercanía y conocimiento de los bajos fondos de la política mexicana, tiene más garantía de éxito en una intervención extranjera que cualquier otro.

Lo que sí es absolutamente ridículo es ese ánimo de ligar a AMLO con Rusia, Venezuela, Chávez y Maduro, y afirmar que gracias a los rusos se instaurará en México el comunismo o el socialismo, pues los rusos hace mucho que abandonaron ese camino y lo que sucede en Venezuela dista mucho de serlo, pese a las estridencias de Maduro, que no es sino un clown que está al mando de un circo, con las consecuencias ya conocidas.


Por otro lado, esos que se rasgan las vestiduras en defensa de la expresión democrática en las urnas, ni por asomo critican o cuestionan la injerencia de la televisión abierta y las redes sociales en lo que ellos definen como el punto más importante del proceso electoral, que es el momento de votar. Nada dicen de todo lo que está previamente calculado para influir en el voto; nada sobre dinero del presupuesto desviado; tarjetas bancarias a cambio del voto; condicionamiento de programas sociales; bulos cibernéticos con páginas apócrifas; hackeos a medios de comunicación independientes o la intervención de la televisión abierta, entre otros.


Sobre esto es menester precisar que pese a la infinidad de medios existentes para informarse, la gran mayoría de la población depende de los noticieros de Televisa, Tv Azteca y, ahora, Imagen. ¿Por qué? Bueno, el sector de  la población que vota y hace ganar o perder elecciones, es el de bajos ingresos, más de la mitad de la población, pues. Ellos no leen sino los diarios light que les resuelve una necesidad inmediata, si la tienen (búsqueda de empleo o los resultados deportivos); a las redes sociales no todos las ocupan para informarse sino para chatear o compartir archivos, pero recuerden que no todos tienen internet fijo y dependen del crédito que le ingresan a su celular para el acceso al internet de datos. Esto significa que si bien hay una clase media ilustrada que lee Animal Político, Vice, Aristegui y otros, la gran mayoría de la población tiene como único o principal medio de información la televisión abierta, y es hasta curioso, pero es muy común que gente que tiene televisión restringida, a la hora del noticiero le cambia al canal dos. ¿Cuántos se han enterado de los detalles de la Estafa Maestra, el Caso Chihuahua y otros temas tan importantes?

Y es aquí en donde está la manipulación a todas esas personas que no leen, que no conocen otras fuentes de información, que no tienen acceso a un periodismo de análisis y crítico, y para muestra, nada como el Privilegio de Mandar, la comedia o drama, no sé como llamarle, que manipuló a la población en anteriores elecciones. Con sinceridad ya no recuerdo con exactitud, pero creo que en la anterior elección ese programa fue tan abiertamente anti AMLO que fue motivo de discusión en el IFE, que ahora rebautizado como INE, no ha dicho está boca es mía. Escudada en la libertad de expresión, la televisora de San Ángel defendió su derecho a presentarla, en horario triple A y con el sesgo que le dio en gana, como otros medios tienen derecho de hacer lo propio, argumentaron. Si, claro, solo que ni Sin Embargo o Aristegui tienen el poderío mediático de Azcárraga. Ahora que si de verdad defienden la libertad de expresión, ¿por qué no transmiten todos los días el noticiero de Carmen Aristegui?

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